INTERESANTE REPORTAJE AL "BANQUERO DE LOS POBRES"

Muhammad Yunus, conocido como "el banquero de
los pobres" y galardonado con el
Premio Nobel, comenzó a transformar vidas cuando era catedrático de economía en
la Universidad
de Chittagong, Bangladesh. A partir de una modesta iniciativa de
micropréstamos para mujeres de bajos recursos en las aldeas vecinas, el
esfuerzo
de Yunus hizo posible el establecimiento del Banco Grameen, entidad que hoy
cuenta con más de 2.500 sucursales en su país de origen. Este banco ha prestado
valiosa ayuda para fundar o ampliar las pequeñas empresas de más de ocho
millones de prestatarios, 97% mujeres. Yunus, uno de los oradores principales
en
la Convención
de RI de 2012, recientemente fue entrevistado por Warren
Kalbacker, colaborador habitual de la revista The Rotarian. A continuación
incluimos un extracto de la entrevista.
The Rotarian: En 1976, usted introdujo el concepto del microcrédito, lo cual
implica conceder préstamos personales de cuantía ínfima, lo cual aún hoy sigue
teniendo perplejos a muchos empresarios.
Muhammad Yunus: Todo comenzó en una aldea de Bangladesh. En aquel entonces yo
daba clases de economía mientras el hambre hacía estragos en mi país. Me sentía
inmensamente frustrado porque las teorías económicas que enseñaba en la
universidad carecían totalmente de significado para la gente pobre. Y me decidí
a echarles una mano a los residentes de un poblado vecino al recinto
universitario. En esa aldea varios prestamistas inescrupulosos hacían negocios
prestándoles dinero a los pobres en terribles condiciones y no los dejaban
vivir. Se me ocurrió que yo podría resolver el problema prestándoles dinero
para
que no tuviesen necesidad de recurrir a los usureros. Visité a los clientes de
los prestamistas y preparé una lista con 42 nombres. En total, todos ellos
debían un equivalente a 27 dólares. Para empezar les adelanté el dinero
necesario para saldar su deuda con los usureros, lo cual para los lugareños fue
un magnífico estímulo. Entonces pensé que si una suma de dinero tan reducida
podía mejorar la vida de tanta gente, valía la pena proseguir tal iniciativa.
TR: El concepto de empresa social que usted sustenta, significa recaudar e
invertir capital y, posteriormente, gestionar la empresa para obtener réditos.
Sin embargo, usted insiste en que no se trata de obtener ganancias. Suena como
ponerle punto final al capitalismo, ¿no le parece?
MY: La gente cree, erróneamente, que los negocios no pueden sobrevivir sin el
incentivo de las ganancias monetarias. Hay muchos otros incentivos. A través de
una empresa social hago feliz a los demás, lo cual a mí me hace feliz. Este
tipo
de incentivo es algo que los economistas no entienden porque se basan en
solamente un tipo de negocio, destinado a la obtención de ganancias, lo cual
constituye un sistema desequilibrado. El equilibrio se alcanza cuando al
sistema
capitalista le añadimos el componente social. Cuando una empresa funciona
únicamente para maximizar sus ganancias, la gente está demasiado ocupada para
considerar o resolver los problemas sociales y, por tal motivo, los dejan en
manos de los gobiernos. Pero nosotros, los ciudadanos, somos capaces de
resolver
nuestros propios problemas, y en ese sentido la empresa social desempeña un
importante papel.
TR: El Banco Grameen ha suscrito un acuerdo con la gigantesca multinacional
francesa Danone, para elaborar yogurt en Bangladesh. ¿En qué medida esta
operación se diferencia de una iniciativa comercial para ganar dinero?
MY: Esta empresa social no reporta pérdidas ni rinde dividendos, y está
destinada a resolver problemas sociales. Si Grameen Danone Foods obtiene
ganancias, éstas se quedan en la compañía. Su propósito es resolver el problema
de la desnutrición entre los niños de Bangladesh, para lo cual fabrica un tipo
de yogurt especial que se produce a bajo costo y a un precio asequible aun para
las familias más pobres. Los niños que ingieren este alimento, gradualmente se
convierten en chicos sanos. La empresa ya ha llegado a su cuarto año en
funcionamiento y le está yendo muy bien. El impacto nutritivo está sumamente
claro y la compañía está a punto de cubrir la totalidad de sus gastos.
TR: Usted es un promotor infatigable de la iniciativa personal en todas las
culturas. ¿Qué factores lo motivan?
MY: Los economistas suponen que son muy pocos los emprendedores que se sitúan a
la vanguardia y asumen riesgos, que en el mundo hay muy poca gente con
cualidades excepcionales para desempeñarse como empresarios y emprendedores, y
que el resto de los seres humanos tienen que trabajar para ellos, pero eso no
es
así. Insisto en que todos los seres humanos son emprendedores. Sin excepciones.
No hay quien carezca de capacidad empresarial. El problema es que las
instituciones imponen normas y no les dan oportunidades para descubrir su
potencial. Es una noción que se impone desde nuestro sistema educativo, el cual
se basa en el principio de que es necesario trabajar arduamente para ganar un
buen sueldo o estudiar en una buena universidad para conseguir un buen puesto,
como si ocupar un cargo fuera la meta primordial de la existencia humana. Para
mí, nada de eso es cierto.
TR: ¿De qué va a hablar en la
Convención de RI de este año?
MY: Les hablaré del sistema de enseñanza. A los niños y jóvenes hay que
enseñarles que tienen ociones. Es posible buscar trabajo y también es posible
crear puestos de trabajo. A medida que van creciendo, deciden qué camino deben
seguir. Las instituciones deben funcionar de manera que respalden a los jóvenes
en el camino que sigan en la vida, pero eso es la gran carencia del sistema
educativo actual.
Lea más artículos de la revista The Rotarian (6) (en inglés) o suscríbase a la
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6. http://www.rotary.org/en/MediaAndNews/TheRotarian/Pages/ridefault.aspx
7.
http://www.rotary.org/en/MediaAndNews/TheRotarian/Digital/Pages/ridefault.aspx