La Cumparsita

Hoy cumple
95 años La Cumparsita,
el Himno de los tangos. Al gran Gurí Matos Rodriguez SALUD ¡!!!
Un himno escrito por un "gurí" de 20
La Cumparsita. El
tango, salido de un piano de cartón, está cumpliendo 95 años
de vida
ANDRÉS LÓPEZ REILLY
La primera partitura del "himno de los tangos" fue escrita por la
hermana de
Matos Rodríguez mientras éste la "tocaba" en un teclado de cartón,
postrado en
una cama. "Becho" era un "gurí" de 20 años. Poco después,
se estrenaba "La
Cumparsita".
"La primera cualidad es la sencillez absoluta de la partitura. La segunda,
sus
notas que tocan resortes interiores muy cálidos de cada uno. Hay composiciones
en tonos menores que son como `tristes`, pero La Cumparsita está en
tonos
mayores y es muy `para arriba`, a pesar que tiene pasajes de una tristeza
increíble". De esta manera Rosario Infantozzi, sobrina nieta del Gerardo
Matos
Rodríguez, explica a El País la vigencia de La Cumparsita, el
"himno de los
tangos", que está cumpliendo 95 años de vida.
"La Cumparsita
la escribió un gurí de 20 años que se creía condenado a muerte,
porque estaba enfermo y creía que tenía tuberculosis. Para mí, esa es la mejor
explicación de por qué escribió algo tan intenso", agregó Infantozzi, autora
del
libro "Yo, Matos Rodríguez, el de "La Cumparsita"
(Ediciones de la Plaza,
1992).
El joven Gerardo ("Becho" para los amigos) era hijo de Emiliano
Matos,
propietario de un cabaret que llevaba el poco original nombre de Moulin Rouge.
Hacia 1916, su vida cambiaría para siempre: sin mayores herramientas musicales,
ya había creado el tango más importante de la historia.
No sabía escribir música, pero su hermana sí. Y estaba tan enfermo que ni
siquiera podía levantarse para ponerse al piano. Pintó entonces las teclas de
un
piano en un pedazo de cartón que apoyó sobre su falda en la cama y
"tocó"
silenciosamente las notas que su hermana -una joven como él- anotó en un frágil
pentagrama.
"Fue una especie de travesura de dos hermanos en la hora de la siesta",
opinó
Infantozzi.
Pero las notas per se, en el papel y sin clave musical, no alcanzaban para
definir una canción, por lo que el joven silbó la melodía para su hermana.
"Ella se enojó muchísimo con él, porque en ese momento un tango no era
algo que
una chica de familia pudiera tocar. Y mucho menos escribir", comentó su
descendiente.
En 1917, La Cumparsita
fue "oficialmente" presentada en sociedad. Ocurrió en el
café La Giralda
(foto) -ubicado en el sitio donde hoy se encuentra el Palacio
Salvo- y fue ejecutada por el cuarteto que encabezaba un músico de vasta
experiencia de la época: Roberto Firpo.
EL MITO. La historia más o menos conocida dice que "Becho" compuso La
Cumparsita
para la Federación
de Estudiantes del Uruguay. Y que fue una marcha -o
"marchita" según sus detractores- para una comparsa carnavalera
formada por sus
amigos y compañeros.
"Allí viene la cumparsita de los estudiantes", habría dicho uno de
ellos,
fijando el nombre con el que se conoce la obra.
Es cierto que La Cumparsita
de Gerardo Matos Rodríguez era una canción -si se
quiere- para bailar, porque originalmente carecía de letra. Pero no fue una
marcha, como se sostiene popularmente
"Mi abuela nunca en la vida salió a la prensa, salvo una vez, por la
década del
`60, porque Firpo dijo: `a mi me trajeron una marchita y yo la convertí en
tango`. Si no hubiera sido un tango, mi abuela no se hubiera enojado. Yo tengo
notas de prensa del doctor Introini, que fue uno de los compañeros de la
Federación de Estudiantes, quien estaba en el momento en el
que él la tocó por
primera vez y fue uno de los que le puso el nombre. Él dice que es un error
considerar que era una marcha de Carnaval. Pero se ha ido desvirtuando y la
gente así lo baja así de Internet", aclara con contundencia Infantozzi.
CONTROVERSIA. La partitura original de La Cumparsita fue ajustada con su clave
por Carlos Warren -la hermana de "Becho" tampoco tenía conocimientos
musicales
profundos- con la esperanza de que Firpo la incluyera en su repertorio.
Así lo hizo el autor "El amanecer", pero no sin antes agregarle un
"contracanto", para que se luciera su violinista, que tendía un manto
de
melancólica sobre los compases originales lucubrados por "Becho".
Así nacería la primera versión de centenares que existen hoy día de este tango
reverenciado por músicos de todos los rincones del mundo.
Pero Firpo se encargaría después de arrogarse la autoría de La Cumparsita tal
cual hoy la conocemos. Así lo comentó el músico en una oportunidad:
"Yo actuaba en el café `La
Giralda` de Montevideo, cuando un día llegó un señor
acompañado de unos quince muchachos -todos estudiantes- para decirme que traían
una marchita y querían que yo la arreglara porque pensaban que allí había un
tango. La querían para la noche, porque la necesitaba un muchacho llamado Matos
Rodríguez. En la partitura en dos por cuatro aparecía un poco la primera parte
y
en la segunda no había nada. Conseguí un piano y recordé dos tangos míos
compuestos en 1906 que no habían tenido ningún éxito: `La gaucha Manuela` y
`Curda completa`. Y le puse un poco de cada uno. A la noche lo toqué con (los
músicos) `Bachicha" Deambroggio y `Tito` Roccatagliatta. Fue una
apoteosis. A
Matos Rodríguez lo pasearon en andas. Pero el tango se olvidó, su gran éxito
comenzó cuando le adosaron la letra de Enrique Maroni y Pascual Contursi".
LA LETRA. Pocos, de este lado del Río de la Plata, recuerdan a Pascual Contursi,
muy famoso en Argentina. Pero muchos conocen y aún utilizan la expresión
"que me
Contursi", que se origina a partir de su nombre.
"En el año 1917, Contursi empieza a ponerle letra a tangos que ya
existían, como
por ejemplo `Mi noche triste`. Lo hacía sin la autorización de los autores,
pero
a nadie le importaba mucho en ese entonces porque no se cobraba como hoy por
los
derechos de autor. El tema es que cuando él le cambia el nombre y le pone `Si
supieras`, la cosa cambia, porque La Cumparsita ya era un tremendo éxito y había
mucha plata de por medio", recuerda Infantozzi.
Lo cierto es que a Matos Rodríguez nunca le gustó la letra que Contursi le puso
a su obra magna, y que grabó hasta el mismísimo Carlos Gardel.
En un viaje realizado a París en 1924, Matos Rodríguez se cruzó con el
"Zorzal
Criollo" y le expresó su malestar. "Hacele vos una letra que yo te la
canto y la
grabo, y destruyo después las otras placas", le habría dicho el
"Mago", con su
voz engolada, al autor de La Cumparsita.
"Becho" atendió la sugerencia, pero por
desencuentros primero y la muerte de
Gardel después, éste nunca llegó a cantarla como hubiese querido su creador. De
haber ocurrido, seguramente hoy nadie recordaría los versos "Si supieras /
que
aún dentro de mi alma...".
EL TANGAZO
Dedos y oídos de un maestro
La primera edición sonora de "La Cumparsita", en la vitrola que perteneciera
a
Gerardo Matos Rodríguez. Se encuentra en el museo de Agadu (Canelones 1130),
donde también se exhibe otra "joyita": el armonio de viaje -con
fuelle- marca
Mannborg, que el "Becho" utilizaba para componer en los camarotes, en
viajes de
barco que sin problemas podían demorar 20 días.
La casa en la que vivió el "Becho"
En la calle Nueva York a la altura del 1415, entre Yaguarón y Javier Barrios
Amorín, se encuentra la casona de dos plantas en la que vivió hasta su muerte,
en 1948, el creador del tango "La Cumparsita", Gerardo Matos Rodríguez. La
propiedad fue salvada de un estado absolutamente ruinoso por Luis Garisto,
exjugador de Defensor y Peñarol. Garisto es un reconocido coleccionista y
fanático de la obra del genial "Becho".

El País Digital